Actividades de Recreativas para el rescate de los juegos tradicionales (página 2)
Antes de comenzar con la propuesta creemos necesario poner en claro ciertas particularidades acerca de los juegos tradicionales. Aclarar que estas actividades, la comunidad en su conjunto realizaban durante los días festivos como solían ser los encuentros con otras comunidades que coincidían con la estación de primavera, se hacían competencias, danzaban, intercambiaban informaciones acerca de lo acontecido en otras regiones, se hacían competencias entre los guerreros mas fuertes o simplemente se divertían tomando una bebida que se elaboraba con el fruto de la piña, dejándolo fermentar para que en esas épocas se bebieran junto a otras comunidades como Puerto nuevo, Guamal, o Campo Barinas olvidando conflictos, creando un ambiente festivo, de amistad y hermandad.
También se podemos decir que estos juegos que ofrecemos muchas veces eran practicados en la vida cotidiana, en condiciones naturales cuando se tenía que pasar un río, un puente, lagunas o al pasar por los montes.
Estos juegos además de ser una novedad también traen consigo medios innovadores que enriquecen y hacen que las clases tengan un nivel muy bueno e interesantes, enriqueciendo y ampliando el acervo cultural de los niños pertenecientes o no a la comunidad del Cantón.
Para la propuesta de los juegos tradicionales nos proponemos el siguiente objetivo:
Estos juegos tradicionales tienen como objetivo el mantenimiento de la identidad é de los niños del Cantón, y para la mejor práctica y desarrollo de los mismos nos planteamos algunas orientaciones que deben de tener en cuenta los profesores para poder desenvolverse impartiendo éstos juegos.
Orientaciones metodológicas:
El profesor debe de tener conocimiento de la cultura de los Pueblos Originarios para poder desarrollar sin dificultad estos juegos.
El profesor debe de profundizar en el pronunciamiento de las palabras en el idioma Cantones.
El profesor debe tener en cuenta de qué niño pertenece y quién no pertenece a la comunidad del Cantón para poder elegir sus monitores.
El profesor debe participar en el juego velando el buen desarrollo del mismo y cumpliendo con los objetivos.
EL profesor tiene que desarrollar los juegos siempre creando un clima de amistad y comprensión entre el grupo de clase.
LOS VOLADORES
Lo que en otras partes del país se conocen como cometas, papagayos o volantines, aquí en el Cantón eran simple y llanamente voladores. Los había de todas las formas y tamaños y los clasificaban con las determinaciones de: cigarrones, estrellas, picúas, botellas, barcos, cuadrados, cajones, niñas, morochas, trestrompas y hasta aviones.
Les construían la 롮garilla렯 armazón, con caña brava, carrizo o lata de maguey, los forraban con papeles de diferentes clases, que iban desde los de periódicos hasta el de estraza, pasando por los sedosos y de colores, los cuales pegaban con engrudo de harina, almidón, cautaro, guatapanare verde y en algunos casos hasta con la baba de cardón.
Los elevaban, según el tamaño, con hilo de ovillo o de 룡rreto묠볥villano묠toporeño encerado, cuerdas de chinchorros de moriche o cabuyitas de pita sisal tejidas a mano por los propios ejecutantes, y les ponían como 벡bo렯 cola, para que no 룡becearan묠pedazos de trapos viejos y deshilachados, donde algunas veces le colocaban hojillas o de vidrio para las competencias agresivas, en las cuales se buscaba derribar a los demás actuantes.
Los voladores eran montados o lo que es lo mismo, elevados, no sólo por niños, sino también por jóvenes y adultos, y había competencias internas o de pueblo a pueblo, hasta donde se desplazaban los participantes con sus voladores montados o no. Las competencias se centraban en la altura que tomaran o en la destreza que tuvieran con los voladores, para derribar a los contrarios. En uno u otro caso, se cruzaban apuestas.
La época escogida para montar los voladores era la cuaresma debido a que los vientos arreciaban con mayor impetuosidad, y cuando amainaban, habían quienes lo llamaban con silbidos y coriocos como en los tiempos míticos. Al aparecer las primeras pilas para linternas, hubieron quienes se las ingeniaron colocándolas con sus bombillitos en los voladores, a fin de mirarlos titilar en las noches oscuras confundidos con las estrellas del firmamento.
Como todas las cosas tradicionales en Cantón, los voladores también han ido desapareciendo, al punto, que cuando más se ven, son porque alguna Institución preocupada por las cosas del pasado, patrocina certámenes y obsequia premios.
LOS TROMPOS
Otro de los juegos populares que ocupaba lugar preferencial entre la población de niños y de jóvenes Cantoneros era el de trompos. El juego de trompos empezaba tan pronto terminaban los voladores de la cuaresma.
Los trompos eran elaborados con madera. Se tenían como mejores: por su tañido, los de cuica y los de achiote; por su consistencia, los de guayaba y los de pama, y por su livianez, los de cautaro y los de taparo, aunque se hacían también de otras maderas. Los había 벥cachones렱ue eran los alargados, y 밵yoneros묠los redondeados. Todos los trompos se componían de: cabeza, hombros, barriga y púa o 밵ya묠ésta siempre de metal. De la posición y tamaño de la púa dependía en mucho, que el trompo cayera 밬uma o plumita렯 sea sereno y liviano, o 룡rretero y pesado렱ue era como decir brincador o corcovión.
Los trompos se utilizaban no sólo para verlos 봡taratear렯 sea dar vueltas, sino para jugar 뱵iña o quiñe묠que consistía en plantar uno, para que con otro, amarrado de punta y cabeza como un péndulo, le dieran a astillarlo, turnándose uno y otro hasta que se destrozaran o se levantara la partida, o para jugar 봲oya묠que se llevaba a cabo marcando dos rayas en el suelo, llamadas 맵amos묠a distancia convenida y una 방ca력n el centro, donde zumbaban uno a uno para saber a quién le correspondía 밬antar묠que por lo regular era quien había marcado su caída más lejos de la 방ca뮠Los demás zumbaban ordenadamente a darle 붥nia묠que era chocar con el 밬antado력n la zumbada, o 롧ua렱ue consistía en darle al que estaba en el suelo, con el suyo desprendido de la palma de la mano tareteando para que avanzara. De no hacerse ninguna de estas dos cosas, tenía que plantar en el mismo sitio donde estaba la 방ca묠y así continuaban hasta sacarlos de los 맵amos렴antas veces como se habían convenido. El primero que se sacara de los 맵amos렴enía que plantar una 뱵iña렡 los demás; o 묡 viva렱ue era tirar el suyo a bailar para que los demás le zumbaran a chocarlo.
Con el trompo se realizaban otros juegos más ornamentales, como tirarlos suave para agarrarlos en el aire, en la palma de la mano, o enlazarlo con el guaral y llevarlo a distintos sitios para que siguiera 뢡ilando렯 montárselo rotando en la uña del dedo gordo, lo que, por lo difícil, dio origen al dicho de 룦oacute;geme ese trompo en la'uña묠o hacerlo correr por cualquier parte del cuerpo sin que se cayera ni dejara de bailar.
Los trompos se ponen a bailar arrollándoles un pedazo de guaral desde la punta basta la mitad de la barriga, amarrándose el restante en uno de los dedos y tirándolo por encima, por el lado o por debajo del brazo. Los mejores terrenos para jugar los trompos son los duros, debido a que en los arenosos y fangosos se 롴oran묠mientras que en los pisos de cemento y ladrillo se les echan a perder las púas o 밵yas뮼/font>
Al igual que los otros juegos tradicionales, los trompos criollos también han ido mermando considerablemente, al punto que ya casi nadie los toma en cuenta.
LAS PICHAS O METRAS
Otro de los juegos tradicionales que gozaba de gran favoritismo, de manera muy especial en el Cantón, era el de las 방chas렯 metras. El juego de las 방chas렯 metras, empezaba tan pronto como terminaba la euforia de los trompos que habían venido después de los voladores.
Por donde quiera se encontraban a los muchachos con los bolsillos y 릡ldiqueras렯 faltriqueras repletas de 방chas뮠Unas de vidrio o cristal, traídas de fuera y otras de 먵eso묠elaboradas pacientemente en el Cantón y por los propios jugadores. No importaba que unas u otras estuvieran buenas o averiadas, lo interesante era que se pudiera jugar con ellas.
Todo el mundo no tenía con que comprar las 방chas렦orasteras, que parecían muy caras, a pesar de que algunas veces se conseguían hasta dos y tres por centavo, y recurrían a una piedra blanquecina, dura y sin brillo que comúnmente llamaban 먵eso묠a la cual se le quitaban pedazos que se empezaban a redondear a lomo de machete, luego se continuaban rozándolas fuertemente con otras piedras y después se terminaban de pulir maraqueándolas pacientemente dentro de botellas con agua. Y a falta de 방chas렳e usaban también las paraparas o 밡riolas묠buscando siempre las de mayor tamaño y consistencia, y que fueran nuevas para que no estuvieran demasiado livianas y expuestas a perder la efectividad.
El juego de 방chas렯 metras y de paraparas, se llevaba a cabo a campo abierto, en pleno suelo y las variantes más generalizadas eran: 묡 picha y hoyo묠que consistía en hacer en la tierra un huequito que se emparejaba con el talón poniendo a girar el cuerpo y marcando luego a distancia convenida una raya denominada 맵amo렯 맵ama묠para todos tirar desde allí hasta el hoyo, empezando la partida con el que caía más cerca, quien tenía que hacer 방cha y hoyo묠pegando a la una y entrando en el otro, para 볡lirse묠y venir el segundo en distancia a tratar de hacer lo mismo, y luego el tercero y el cuarto, y así sucesivamente, hasta quedar uno que era el perdedor, el cual pagaba su pérdida con 방chas렯 con 볯cones묠볩nquiados렯 뭡nosentá묠que equivalía a duros o suaves, según lo convenido previamente; y el 봲ibilín묠que era un círculo trazado en el suelo, donde se ponían las 방chas렱ue se iban a disputar y a distancias convenida la 맵ama렯 맵amo묠hacia donde primeramente se tiraba para clasificar al 뭡no묠봲asmano묠방e묠봲aspié묠hasta el 맵rupié령 el 복rraspa뮠En ese mismo orden se iba tirando al 봲ibilín렰ara sacar las 방chas력n uno o más tiros pero sin contravenir el ordenamiento. El que más sacaba más ganaba. Esta operación se repetía tantas veces cuantas fueran necesarias para quedar 벵chos렯 levantar la partida. El primer tiro de las 방chas렳e hacía con toda la mano pero los siguientes sólo con los dedos pulgar e índice, para que pudiera tener validez.
No eran estas dos nombradas las únicas variantes del juego de 방chas렯 metras, sino muchas otras, que ideaban los mismos jugadores, lo que hacía que se notaran diferentes cambios, no sólo de pueblo a pueblo sino hasta de calle a calle.
El juego de 방chas렯 metras siguió el mismo camino de otros juegos tradicionales, de los que ya no quedan sino alguna presentación a manera de exhibición en competencias impuestas y amaestradas.
LOS CABALLOS DE PALO
Cuando se habla de juegos tradicionales en el Cantón no podemos dejar de recordar a las famosas 룡rreras de caballos de palos렱ue se llevaban a cabo los días sábados y domingos cercanos a las festividades patronales o de cualesquiera otras celebraciones importantes, y en las cuales tomaban parte activa, no sólo niños, sino también jóvenes y adultos.
Las 룡rreras de caballos de palos묠según testimonios de algunas personas ancianas, consistían en disfrazarse de jinetes con todos sus atuendos, incluyendo látigo y espuelas y montarse sobre un palo hábilmente enjaezado con bridas y cabeza que simulaban la del brioso animal para echar a correr desde un punto determinado a ver quién llegaba primero al otro sitio señalado, a fin de convertirse en el afortunado ganador y recibir el premio que se tenía dispuesto para tal acontecimiento.
A esos actos concurrían masivamente la flor y nata de las féminas de entonces, vistiendo sus mejores galas y haciendo alarde de sus más exquisitos perfumes, para felicitar, no únicamente al ganador, sino a los que fuesen de sus simpatías o agrado, haciéndoles presentes, que, aunque sencillos tenían una gran significación y muchos de los cuales contribuyeron a formar un romance pasajero o una unión indisoluble.
Una de las características primordiales del evento era que los jinetes tenían que simular los relinchos y demás movimiento de las bestias, durante todo el tiempo que durara, no sólo la prueba sino la organización, a fin de arrancar la mayor cantidad de aplausos y de risotadas de la soberana concurrencia, dándose esto también como estímulo a los participantes y su consagración como humoristas o chistosos a los que los ejecutaban.
En las 룡rreras de caballos de palo묠se hacían apuestas de todas las especies y cuantías, pagadas al ganador hasta en dinero contante y sonante; habiéndose llegado a destacar competidores que nunca supieron lo que fue perder una carrera ni en su localidad ni en las otras donde tuvieron la oportunidad de concurrir, y a pesar de que se les tenían como excepcionales jamás se les regateo o restringió su derecho a la participación.
Las 룡rreras de caballos de palos묠fueron unas festividades que llenaron de alegría y jolgorio a las comunidades donde se presentaban, pero que como todas las cosas tradicionales del Cantón, fueron mermando poco a poco, hasta desaparecer definitivamente.
EL PALO ENSEBADO
Cuando se tratan de reseñar los juegos tradicionales del Cantón, no se pueden dejar pasar por desapercibidos, o sea, por debajo de la mesa, como dice el vulgo, los 밡los ensebados뮼/font>
Los 밡los ensebados묠como diversión o como juegos, tuvieron una gran aceptación dentro del pueblo. No había fiesta por pequeña que fuera que no tuviera su palo ensebado. Ni 밡lo ensebado렱ue no dejara comentarios. Buenos unos. Malos otros, pero siempre tomados muy en cuenta por propios y extraños.
Antes no se usaban tubos para los 밡los ensebados묠ni se les untaba grasa ni aceite ni mucho menos manteca, porque dejaba de ser Palo. Los palos ensebados se hacían con matas de 룡rana렯 밡lma de monte묠como le decían los más físticos y faramalleros. Entre más alta, más torcida o 벥bireca묠y más delgada, era mejor. Los voluntarios recorrían lomas, 룡ñaotes령 montañas, buscando las matas de mayor tamaño. Las traían al hombro o en 맯lin-goli묠es decir, guindando, o como mejor pudieran. Con copo y todo, el cual lucía en su primera presentación. El sebo: de chivo, de borrego o de res, se le fregaba con anticipación, para que el sol se encargara de derretirlo bien derretido y se pegara mejor del palo.
El día de la presentación se congregaba toda la juventud y hasta los viejos del pueblo y de sus aledaños, primero, para verlo enterrar y sostener con sus tres o cuatro vientos de cabuyas fuertes a manera de garantizar su seguridad, y luego para empezarlo a montar tan pronto como dieran la orden. Arriba, en la parte más alta, dentro de una bolsita de tela de colores subidos como para que se divisara mejor desde abajo, le colocaban el tesoro, que cuando más iba de uno a dos pesos y medio (de 4 a 10 bolívares), pero que representaba para la época, una considerable fortuna.
La trepada era ardua y penosa. Un poco que se avanzaba y otro poco que se resbalaba, mientras que otros reclamaban su turno. Valía de todo para ayudar la subida: arena, ceniza y tierra. Risas y animación cuando se iba subiendo. Pitos, rechiflas y coriocos, cuando se deslizaban y caían a tierra. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y cuantos intentos se pudieran.
Nadie trataba de ponerle coto a la vocinglería. Uno, dos y hasta tres días la amistosa disputa. Al fin el ganador, solo o ayudado por algún o algunos compañeros. Tenían que traer la bolsa. En muchos casos la repartían equitativamente, en otros no. Dependía del trabajo que se hubiera hecho.
La más de las veces no les quedaba ni para lavar los trapos que curtían.
Pero cada vez que se ponía un 밡lo ensebado묠sobraba quien o quienes intentaran subirlo. No había ni hay a quien no le agrade ser ganador y eso era lo más importante de los 밡los ensebados뮼/font>
El 밡lo ensebado,렴ambién ha ido desapareciendo lentamente, al punto de que ya son pocos los lugares que continúan manteniendo la tradición
LAS PERINOLAS O PERINDOLAS
En el Cantón, la perinola o 밥rindola묠como decía mucha gente, era y es, una especie de trompo sin punta de metal, con cuatro o más caras, marcadas con letras, con números o con dibujos, que baila rápida y serenamente, cuando se le da vuelta o contorsión, con dos o tres dedos a un manguito o cabecita que tiene en la parte superior.
Antes más que ahora, era frecuente ver las perinolas o 밥rindolas력n manos de niños, jóvenes y adultos, de cualquiera de los sexos, zumbándolas simplemente para distraerse o jugando al interés: botones, pichas, paraparas y hasta dinero contante y sonante, sin que a nadie le mortificara o le tuviera cuenta.
En el juego de la perinola o 밥rindola묠le tocaba por estricto orden, un 봩ro렯 tirada a cada apostador en cada vuelta o ronda. A las de cuatro caras casi siempre las marcaban con las letras 넮M.S.T.뺠que significaban DEJA, METE, SACA y TODO. Para comenzar se hacía un fondo común con apuestas iguales entre todos. Empezaba el 봩ro렯 tirada por el 뭡no령 si al terminar de bailar quedaba hacia arriba la letra 넮렮adie ganaba; si era la letra 덮력l del 봩ro렴enía que METER un tanto igual a su 1 apuesta; si era la 듮렳ólo SACABA el equivalente a lo que había metido inicialmente, pero si cala la 딮묠tenía derecho a cogérselo TODO y dejar el fondo 벵cho렯 묩mpio de perinola뮬
Si era de números, se hacía el fondo común con las apuestas, seguía el mismo orden de la de letras, pero se cobraba un tanto como lo equivalente al número que le cayera al que habla hecho el 봩ro렯 tirada. Así continuaba hasta 뤥sbancarse렰ero si quedaba algo al suspenderse, por alguna causa o razón la partida, se repartía por partes iguales entre todos los que estaban participando.
En las de dibujos, que por lo regular, eran las que tenían mayor número de caras, se jugaba con cartones, muy semejantes a los usados en las loterías de fichas.
En tiempos pretéritos, el juego de la perinola o 밥rindola력stuvo muy generalizado; nunca se le cuestionó ni se le consideró como de envite y azar, más bien como de salón y por lo tanto se jugaba en una mesa o en un sitio donde todos los actuantes pudieran ubicarse en redondel.
El juego de perinola o 밥rindola묠era bastante divertido. Cada quien tenía derecho a aupar con ardor o euforia su 맡ne렯 refunfuñar contrariado su 방erde렯 mala suerte.
LA LOTERIA
En todos los pueblos se escuchaba hablar de los 몵egos de lotería뮠Se dice y se comenta que el 몵ego de lotería력n el Cantón viene 뤥sde que el mundo es mundo뮼/font>
Pero el 몵ego de lotería력n el Cantón no es del que se premian varios billetes sacados por la suerte entre los muchos que se ponen a la venta; ni es el consistente en cartones con números y un 뢯mbo렯 caja, de donde salen las bolitas numeradas que han de conformar los premios.
El juego tradicional de lotería en el Cantón, se compone de 룡rtones묠que pueden ir de 20 a más, marcados con 8 figuras cada uno, en dos líneas de a 4, paralelas y horizontales, y un número de fichas, redondas o cuadradas, que oscilan entre 40 y 80, con las mismas figuras que están dibujadas en los 룡rtones뮼/font>
Los 룡rtones력n referencia se reparten entre los jugadores que cancelan el valor convenido para cada partida, y las fichas se colocan dentro de una bolsa o busaca, debidamente contadas y mostradas al público.
Para empezar el juego, una persona designada como provisto de la bolsa o busaca exhibe la mano abierta en demostración que no habrá trampas y diciendo mano y bolsa la deja llegar hasta las fichas que va sacando una a una, cantándolas con nombres simulados pero que los asistentes logran comprender sin confusión, como por ejemplo: 묡 de Cristo렰or la Cruz; 묡 de Longino렰or la lanza; 녬 que todo lo ve렰or el ojo; 묡 loca렰or la escoba, y así sucesivamente hasta que alguien grita ¡lotería!, en señal de haber llenado una de las líneas de su 룡rtón묠que después de constatada su veracidad, recibe lo recaudado a excepción de lo sacado para la casa, cuando ésta no va jugando su
Además de 륣har la lotería렱ue es lo que ya se dejó dicho, también se juega apostando a ambos, que equivalen a 2 fichas juntas en una misma línea, o a 봥rna묠que son 3 fichas en una línea, lo que significa a la vez en el léxico del juego, que ya está 밥nando렯 a punto de 밥gar la lotería뮼/font>
El 몵ego de lotería력ra por demás divertido y daba la impresión que las mujeres se aficionaban más a él, que los hombres. Este juego, también se ha ido extinguiendo poco a poco, al extremo que ya casi no se consigue quién o quienes lo ejecuten.
EL TRIQUE
El también figuraba entre los juegos tradicionales en el Cantón. No hay viejo ni vieja que se atreva a decir que no lo conocieron o que no lo jugaron nunca. El era jugado indistintamente por niños, por adolescentes y hasta por adultos de ambos sexos. El 봲ique렳e jugaba no sólo en las calles, sino también, en las casas, y por lo tanto se le tenía como juego de salón, o sea de mesa.
Muchos lo conservaban bien dibujado en un pedazo de madera cepillada o en un cartón. Mientras que otros lo pintaban en el suelo duro, en las calzadas, cuando las había, o en las lajas. Lo interesante era que se medio pareciera a un 봲ique령 que se pudiera jugar en él. El 봲ique력ra un cuadrado con dos líneas en forma de X de esquina a esquina y dos más, en forma de + de lado a lado. Corrientemente lo jugaban dos personas, que se sorteaban la salida a 룡ra y sello>>. Cada cual ponía su 봡nto렴ratando de llenar definitivamente los tres puntos de una línea recta, mientras que el contrario buscaba a cada momento impedírselo. El primero que lograba ocupar los tres puntos seguidos de una línea, cantaba ¡>! y se anotaba un punto. Quien sumaba más puntos ganaba la partida. También se jugaba el 봲ique묠por tandas y estas se fijaban por puntos: 20, 30, 50, 100, y se hacía ganador quien primero los completara.
En las casas de familia se jugaban los 봲iques렰or mera diversión, para matar el tiempo o con apuestas especiales que nunca llegaban al mercantilismo. Los muchachos lo hacían para jugar botones, pichas, paraparas y semillas de merey o lo que ellos se imaginaran que podía jugarse.
Había otro 봲ique렱ue llamaban 뤥l diablo묠y el cual era formado con una estrella de cinco puntas, unidas por líneas rectas de extremo a extremo. Se cantaba 봲ique묠igual que en el anterior, cuando se lograba colocar tres puntos seguidos de los cuatro que contenía cada línea recta.
También se jugaban los 봲iques렣on un dado corrido a manera de ludo .Usando la salida, en el primero, desde el punto central y en el segundo, de cualesquiera de los ángulos entrantes. En la primera jugada se podía salir con cualquier 밵nto려ado, pero en los restantes, únicamente con la 볥ria묠o sea, el seis (6). La llegada final era siempre el lugar de salida, y ganaba las apuestas, quien primero completara el recorrido. Se podía tener más de un en el camino o recorrido y era obligatorio desplazar al que se encontraba en su punto de colocación por cada .
EL ZORRO O TRIQUE CRUZ
También formaba parte de la gran diversidad de juegos tradicionales, el ZORRO o 딒IQUE CRUZ뮼/font>
El ZORRO o 딒IQUE CRUZ렳e hacía con 5 봲iques렯 cuarteles: uno en el centro y los demás por los costados, semejando una cruz, viniéndole de allí el segundo nombre, se jugaba individualmente o por pareja. Se hacía 봲ique력n cualquiera de las líneas de un cuartel y el que lograba mayor número de puntos, ganaba la partida.
Pero para lo más que se usaba el ZORRO o 딒IQUE CRUZ력ra para jugar el zorro y las gallinas. Se nombraban 2 fichas 뺯rros령 las demás, que no pasaran de 10, 맡llinas뮠Los 뺯rros렴omaban la mitad del campo de juego y las 맡llinas렬a otra mitad. Más o menos como en el juego de Damas los 뺯rros렴rataban de comerse las 맡llinas렡l salto, es decir, pasándole por encima de un punto a otro, y las 맡llinas려e acorralar a los 뺯rros뮠El que lograba una de estas dos cosas, ganaba el juego y recibía la apuesta. En algunas partes se conocía este juego como 묯s gavilanes y los pollos뮼/font>
También se jugaba al ZORRO o 딒IQUE CRUZ묠con un dado corrido, imitando el ludo, la salida se hacía del punto central hacia uno de los ángulos entrantes. Se seguía hacia la derecha de punto en punto, de acuerdo a la cantidad que se echara en cada 봩rada려el dado, y se adueñaba de la ficha que se consiguiera en el remate de la cuenta. La entrada se hacía por el mismo ángulo de salida pero dando un toque en el punto central del cuartel lateral más cercano, para terminar en el sitio de inicio, si coincidía exactamente con el número que el dado le marcaba, de lo contrario tenía que estarlo gastando en ir y venir entre los dos últimos puntos, hasta que echara el número que le diera la oportunidad de rematar.
La primera salida, para cada quien, se hacía con lo que echaran en el dado, pero las demás se lograban con la 볥na렯 sea, el seis (6). Se permitía que se tuvieran cuantas fichas se pudieran en la ruta, es decir, que con cada 볥na렰odían poner una en juego. Las fichas no pasaban de doce (12) por jugador.
El ZORRO o 딒IQUE CRUZ묠era jugado por personas de cualquier sexo y edades, igual en la calle como en las casas, por lo tanto, se le tenía también como juego de salón. Los niños y los adolescentes, lo usaban para sus juegos de botones, pichas, paraparas, semillas de merey y algunas otras cosas que creyeran conveniente. Los adultos jugaban hasta dinero si les era posible.
Muchos lo cargaban dibujado en pedazos de madera cepillada o en gruesos cartones, mientras que otros, especialmente los niños, lo marcaban en el suelo, en las calzadas o sobre piedras planas.
El 뚏RRO렯 딒IQUE CRUZ묠como su reglamentación variaba en algo de un sitio a otro, los participantes, antes de 봩rar렬a salida a 룡ra o sello묠señalaban las reglas del juego.
Este juego, como casi todos los tradicionales ha sido blanco acción del tiempo y de la transculturación.
LA COCA
El juego de 댁 COCA렲egularmente se llevaba a cabo entre niñas, aunque algunas jovencitas también lo ejecutaban, una vez más que otra.
Pero a los varones no les era muy recomendado y por lo tanto casi no lo realizaban.
댁 COCA렳e jugaba sentadas todas las participantes en el suelo y utilizando, cuando menos, 5 piedritas fáciles de manejar, que movilizaban con destreza de la palma al revés de la mano y viceversa hasta que algunas de ellas se desprendieran y cayeran al pavimento, de donde tenían que recogerlas una a una, al mismo tiempo que quechaban otra de las que habían quedado en la mano y que tiraban constantemente hacia arriba. Al fallar en alguna de estas ejecuciones le correspondía el turno a la más cercana de la derecha, igualmente que si no se retenía ninguna en las primeras acciones.
A pesar de que a todo el juego se le llamaba 댁 COCA묠en su transcurso se llevaban a cabo ciertas variantes que se le ponían nombres diferentes, y que hacían prolongar la jugada más de lo regular, mientras no hubiera pérdida, y entre cuyas variantes, sobresalían las siguientes:
댏S LUDOS묠que equivalía a recoger de una sola vez 2 piedras separadas. 댁 CARRETILLA묠recoger 3 en forma de triángulo.
Comenzaban por la cabeza, haciendo un círculo partido en dos, de arriba abajo, y luego un cuadro o pescuezo; después otro círculo mayor o barriga, también partido en dos como la cabeza, y por último, tres cuadros o piernas, los cuales mentalmente numeraban del uno al ocho.
Cada participante colocaba en el primer cuadro, su piedrita, preferiblemente plana, y arreglaban el orden de salida o participación. El primero, tiraba al segundo cuadro y brincaba en un pie al tercero, ya que donde había piedra no se pisaba, y así sucesivamente, descansando, sobre los dos pies, en la barriga y en la cabeza; en ésta daba una vuelta en brinco y regresaba en la misma forma y por los mismos pasos, a coger su piedra y saltar con ella hacia la salida. Continuando la jugada, avanzaba cada vez un cuadro, hasta agotarlos todos, e ir a la segunda parte, a ojos cerrados y empezando por la cabeza, avanzando y preguntando si 뱵emaba렯 no, hasta recoger su piedra que había dejado en el primer cuadro para tirarla hacia atrás, siempre a ciegas, y hacer su 룡sa력n la parte donde ésta cayera.
Se perdía, pisando las rayas divisorias con los pies, con la piedra, saliéndose ésta del cuadro donde la tiraban, dejándola por olvido cuando debían recogerla, o cambiando de pie en la jugada. El perdedor dejaba la piedra en el sitio donde estaba, cada vez que perdía y de allí continuaba cuando le tocara nuevamente el turno. En las 룡sas렮o se podía pisar, salvo la autorización del que la había hecho, quien la concedía si quería.
Todo el recorrido se hacía saltando en uno o en los dos pies, cuando le correspondía, hasta en la vuelta que se daba en la cabeza. La piedrita siempre se tiraba con la mano, salvo en la oportunidad que se pretendía hacer con ella una 룡sa묠que requería que se hiciera con un pie. Cada jugador podía tener cuantas 룡sas렬e diera tiempo hacer, y las jugadas las preferían ejecutar descalzos. La casa equivalía a un cuadro reservado y 뱵emé렯 뱵emar렳ignificaba perder. El juego de 묡 vieja렡l igual que el de la semana, tenía ligeras variantes adaptadas a las comunidades donde se llevaba a cabo.
Este juego también ha ido desapareciendo al igual que los otros tradicionales, y comentan los ancianos, que es uno de los más antiguos del Cantón, y que proviene de la época de los indios que habitaban estas tierras
LA CANDELITA
댡 candelita력s un juego antiquísimo. Se jugaba en el Cantón desde los tiempos de 덡ría Castaña렣omo dirían los viejos. No se sabe quien lo trajo, ni de donde, ni cuando vino o si lo inventaron los de aquí, pero de que se jugaba se jugaba en todos los pueblos, por grandes o pequeños que fueran.
Para empezar a jugar 묡 candelita렳e reunían hembras y varones, niños y jóvenes, ricos y pobres. Se formaba una rueda o círculo y se marcaban tantos puestos como participantes, menos uno.
Al grito de 묩stos렴odos corrían a ocupar sus puestos, sin agarrarse de las manos como en la 벯nda렯 륬 sepeserepe묠quedando siempre uno sin cupo, que se conformaba con colocarse en el centro de la rueda o círculo para encargarse de empezar a pedir la candelita.
Con una mano estirada en posición de pedir, se dirigía al que más le gustara de los de la rueda o círculo y le pedía 뵮a candelita령 éste le contestaba: 밯r allá jumea령 le señalaba otro cualquiera de los participantes. A éste se dirigía el solicitante y recibía por respuesta las mismas palabras y los mismos señalamientos, y así sucesivamente se iba de uno a otro.
Era requisito indispensable, que durante el juego estuvieran todos los jugadores en constante movimiento, intercambiándose los puestos; momento que aprovechaba el 밥didor렰ara adueñarse de uno cualquiera de los puestos que momentáneamente quedara desocupado y dejar fuera al dueño, quien tenía que conformarse con convertirse en nuevo 밥didor려e 묡 candelita뮼/font>
En ese movimiento o 뭥requetén렳e pasaban ratos y más ratos, hasta que se cansaran los participantes o terminaran la jugada. O dos se disputaran acaloradamente un puesto alegando haber llegado primero a él y resolvieran, para subsanar la disputa, desintegrarse y llamar nuevamente a juego con el grito de 뉩stos뮼/font>
A pesar de que en el juego de 묡 candelita렰odían participar hembras y varones, las hembras eran siempre las más aficionadas, y las mejores jugadoras.
El juego tradicional de 묡 candelita묠es otro de los que ha ido desapareciendo lentamente del sentir popular, al extremo de quedar relegado a meras exposiciones creadas como para mantener viva la tradición.
EL TAMBORÉ
Otro de los 뤩vertimientos렯 diversiones que en tiempos pretéritos estuvieron muy popularizadas y a la vez muy arraigado en el alma de los niños (as), fue el llamado juego o baile del tamboré.
El juego o baile del tamboré, lo llevaban a cabo hembras y varones de mediana edad, conjuntamente o por sexos separados, según la cantidad que se reunieran y la mejor disposición que tuvieran para llevarlo a cabo.
En la mayoría de los casos, empezaban por seleccionar el sitio y acondicionar las dos filas o líneas de participantes, una de hembras y otra de varones, si había el número suficiente para hacerlo, o complementándolas con unos y otras, de manera que quedaran con igualdad de actuantes cada una de ellas.
Dichas filas o líneas, se colocaban frente a frente, a uno o más pasos, según la conveniencia acordada de antemano, y con las manos en la cintura la mayor parte de las veces. Iniciaban el juego o baile con un singular estribillo que acompasaban así:
둵e cante la niña, tamboré묠y ambas filas o líneas se intercambiaban las posiciones, dando media vuelta rápida al final para siempre quedar de frente; y continuar: 뱵e cante el niñito, tamboré묠para nuevamente intercambiarse las posiciones, tratando de no perder en ningún momento ni la distancia ni el compás; para seguir, 뱵e cante la rana, tamboré묠y volver a intercambiarse las posiciones, imitando los gestos y movimientos de las ranas; siguiendo el intercambio de las posiciones mientras decían: 뱵e cante la mona, tamboré묠buscando imitar los movimientos de la mona, para volverse a cambiar de posiciones y así sucesivamente continuar mencionando nombres de animales y de cosas o imitándolos, hasta que se desintegraban por cansancio o para tratar de llevar a cabo otra diversión.
El juego o baile del tamboré, lo escenificaban, la mayor parte de las veces, a la caída de la tarde y después de haber recibido la santa bendición del Señor Dios por parte de los mayores, y bajo la mirada complaciente de algunos adultos, que en muchas ocasiones, se encargaban de insinuar menciones o corregir algunos desaciertos en que incurrían, y hasta los ayudaban a corearles y a armonizarles el acto con ligeras palmaditas de las manos.
El juego o baile del 봡mboré렦ue otro, de los tantos, que no escapó a la acción destructora del tiempo ni a la invasión foránea llamada transculturación, al extremo que para conocerlo actualmente, se tiene que recurrir a algunas representaciones previamente ensayadas y presentadas en uno que otro festival, de los considerados hoy en día como folklóricos.
LA PAVA LOCA
La 됡va Loca력ra una especie de 뇡llinita Ciega뮠Parecían hermanas y de la misma saca, por la gran similitud que tenían. No le perdía pinta la una a la otra, comentaban algunos y otros aseguraban que habían nacido de una misma postura.
Para jugar la 됡va Loca묠se reunían los muchachos y las muchacha, preferiblemente las hembras, y por mayoría o por el sistema de la suerte, que podía ser adivinando un nombre, un número o una letra, escogían a quien iba a iniciar el juego como la 됡va Loca뮼/font>
Escogida la 됡va Loca묠procedían a vendarle los ojos con un paño, una camisa o cualquier otro pedazo de trapo, de modo que no le quedara ni una pizca de visibilidad ni posibilidades de tenerla durante su actuación.
Hecho esto se formaba un 룦iacute;rculo렯 벵eda렣on los restantes, pero sin aguantarse unos con otros y colocaban en el centro a la 됡va Loca묠a la cual, un ayudante o ayudanta, empezaba a darle vueltas y más vueltas, hasta que la considerara suficientemente desorientada de la realidad.
Terminado su trabajo, el ayudante o ayudanta, volvía al 룦iacute;rculo렯 벵eda묠desde donde todos coreaban a un tiempo: Pava Loca, qué se te ha perdido, que tanto lo has buscado y no lo has conseguido. 됡va Loca, Pava Loca, qué se te ha extraviado, que tanto lo has buscado y no lo has encontrado뮠됡va Loca, Pava Loca, vente por aquí, Pava Loca, Pava Loca y agárrame a mí뮠Mientras que la 됡va Loca렣omo una verdadera 됡va Loca묠a tientas y a ciegas, trataba de agarrar a alguno de los presentes, quienes se esquivaban cada vez más y más, tratando de que no lo consiguiera.
Si al fin o al cabo 댡 Pava Loca렬ograba agarrar a alguno, éste se convertía de hecho en 됡va Loca령 se continuaba la jugada, con inclusión de la anterior 됡va Loca렣omo parte del coro. De no lograrlo y por cansancio o por desesperación se quitaba la venda, tenía que nombrarse otra 됡va Loca묠sancionándose a la infractora con la desincorporación del juego.
La 됡va Loca렦ue un juego muy divertido, podía pasarse bastante tiempo ejecutándose. Se permitían las desincorporaciones voluntarias o por mutuo acuerdo, y podía llevarse a cabo a cualquier hora del día o de la nochecita.
El juego de 댡 Pava Loca묠también desapareció del escenario, no volviéndose a poner en práctica, ni siquiera en los recreos de las escuelas, ni en los actos culturales.
LA VIEJITA INÉS
La 떩ejita Inés묠también fue uno de los tantos juegos populares que se llevaron a cabo en el 냡ntón려el pasado. No había pueblo donde no se realizara ni muchacho ni muchacha que no lo conociera.
Para comenzar el juego de la 떩ejita Inés묠se reunían todos los que iban a participar. Se simulaba un negocio o una venta cualquiera. La, o el que se considerara más diestro o más hábil, se proclamaba amo o dueño del negocio y le iba poniendo nombres de cintas de colores a cada cual, a excepción de una, que se quedaba para fungir de la 떩ejita Inés묠y la cual se retiraba a una distancia prudencial, para demostrar que no se estaba enterando de lo que acontecía.
Terminada esta primera parte y ya instalado el negocio o la venta, se presentaba la 떩ejita Inés령 en tono muy agradable decía: (simulando tocar una puerta) -tun tun, tun tun, tun tun (y empezaba el diálogo) –quién es, -la 떩ejita Inés렭qué busca -una cinta -de que color (aquí mencionaba un color cualquiera), si acertaba, se levantaba la aludida o el aludido y se iba con la 떩ejita Inés묠hasta otro sitio no muy distante donde se quedaba, para que la 떩ejita Inés렶olviera por los mismos pasos y se entablara nuevamente el mismo diálogo; si no acertaba continuaba mencionando nombres de cintas de colores, hasta que lo lograra.
Al terminar de llevarse toda la mercancía, es decir todas las cintas, los participantes volvían al sitio de partida, donde otros se constituían en amo o dueño del negocio y en 떩ejita Inés묠y empezaba la actuación igual que la primera vez. Estas escenas se iban repitiendo, hasta que se fastidiaran y pusieran punto final al juego, algunas veces para comenzar otro diferente.
La 떩ejita Inés묠se podía jugar a cualquier hora y en cualquier lugar, pero de manera preferencial, por las tardecitas, después de meterse el sol.
El juego de la viejita Ines, admitía hembras y varones, sin distingos de edad y sin discriminaciones de ninguna especie.
El juego del 뺡pizapato렯 del 맡to y el ratón뻬 que al fin y al cabo es lo mismo, fue uno de los que durante más tiempo, se mantuvo en vigencia; se jugaba a cualquier hora del día, pero con mayor preferencia durante las tardes o las nochecitas, hasta que también fue desapareciendo, no quedando en la actualidad, sino un ligero recuerdo entre las personas que con cariño lo llegaron a practicar durante su época de infancia.
ARROZ CON COCO
También es digno de mencionar, entre los juegos que se llevaban a cabo en el Cantón, el llamado arroz con coco.
Para llevar a cabo el juego de 롲roz con coco렳e juntaba una cantidad de parejas de hembras y varones. Primeramente se formaba una rueda de hembras, agarradas fuertemente de las manos y a una distancia prudencial y dejaban que un varón se colocara en el centro de la rueda.
Luego empezaban a danzar con pasos laterales, mientras el varón entonaba una cancioncita que decía: 롲roz con coco me quiero casar, con una niñita de la capital, que sepa lavar, que sepa planchar, y ponga las cosas en su propio lugar뮼/font>
Dicho esto, las hembras sin dejar de danzar, coreaban: 빯 soy la niñita de la capital, que si sé lavar, que si sé planchar y pongo las cosas en su propio lugar뮠A lo cual el varón dentro de la rueda, respondía, poniendo la mano en cada una de las que iban pasando frente a él: 룯ntigo sí, contigo no, contigo mi vida me casaré yo묠y desprendía de la rueda a la que le había tocado la última sílaba. Seguidamente la rueda se empataba y empezaba de nuevo con otro varón y la misma cancioncita hasta que se agotaban las parejas.
Terminada esta primera actuación, se formaba nuevamente la rueda con varones y dejaban entrar una hembra, la cual, al empezar la rueda a moverse, decía: 롲roz con coco me quiero casar, con un jovencito de la capital, que sea bien buenmozo, sepa trabajar y ponga las cosas en su propio lugar뮠A lo que los danzantes coreaban: 볯y el jovencito de la capital, que estoy bien buenmozo, y sé trabajar, y pongo las cosas en su propio lugar".
Respondiendo la hembra de la rueda, poniendo la mano sobre cada uno de los que pasaban frente a ella: "contigo sí, contigo no, contigo mi vida me casaré yo" y desprendía de la rueda al que le había correspondido la última sílaba. Inmediatamente daban paso a otra hembra, y se empataba la rueda para continuar el juego hasta que se agotaran las parejas.
El juego de 롲roz con coco묠admitía niños y adolescentes; podía pasar horas y más horas repitiéndose hasta que se cansaran o se disolvieran por su propia voluntad. Se podía jugar en cualquier momento, aunque las horas preferidas eran las de la tarde y la nochecita.
El juego de 롲roz con coco렴ambién fue desapareciendo, al extremo que ya no se ocupan de jugarlo, aunque muchas personas de avanzada edad, a cada momento lo recuerdan.
CARRERA LARGA
Otro de los juegos más popularizados en el Cantón y que atraía mayor número de participantes, era el denominado CARRERA LARGA. Por todas partes se veían muchachos, desde la más tierna edad hasta adolescentes, en las calles y callejones de pueblos y ciudades, llevando a cabo, animadamente, el referido juego.
Para jugar CARRERA LARGA no se necesitaba sino un mínimo de seis participantes en el orden de tres por grupo; una pelota de goma, por lo regular del tamaño de una naranja, o una más o menos igual, fabricada con trapos y cordones por los mismos jugadores, y marcar o señalar las tres bases en una misma dirección: 늯m묠방tcher령 primera. Se bateaba en el 늯m렣on la mano limpia o cuando más con un pedacito de madera.
Detrás de esta base se colocaba el 뫡tcher렡 distancia prudencial.
Las demás reglas del juego y la distancia entre las bases, se establecían por los mismos participantes antes de empezarlo, de acuerdo con el terreno que tendrían que utilizar, y los batazos se consideraban como 뭡los령 뢵enos묠según la dirección que tomaran.. Sólo con los buenos, se debía correr hacia la primera y era carrera anotada cuando se pisaba el Jom, de regreso de la primera, sin ser tocado por el contrario, con la mano donde tuviese la pelota.
Las hembras que querían, podían participar en el juego, y se cantaba bola únicamente el lanzamiento del 방tcher묠que no lograba ser tocado, aunque fuese ligeramente, por el bateador. Con cuatro bolas era ponchado el bateador y tenía que ceder el turno al que le seguía en orden numérico de su mismo grupo.
Las pelotas cogidas de aire también eran aut, así fuese mala, lo mismo que cuando se pisaba la primera con la pelota bateada entre las manos, sin haber llegado el corredor; igualmente cuando se pisaba el 몯m렳in haberlo hecho el corredor y con el bateador en carrera. También era 롵t렣uando se tocaba al corredor con la pelota, yendo o viniendo en carrera.
Cuando se aceptaban más de tres jugadores por grupo, todos tenían derecho a batear en el orden preestablecido y al pasar a servir, después de tres 롵ts묠se colocaban los restantes, un poco abiertos entre el 방tcher령 la primera o más allá de esta y uno detrás del 뫡tcher렡l cual denominaban 밥lekatcher뮼/font>
Este juego cada día se ha ido modificando a fin de ponerlo al tono con el 뢦eacute;isbol묠para jugarlo a campo abierto fuera de los poblados, con equipos o clubes debidamente conformados.
Todavía el juego de CARRERA LARGA, propiamente dicho, algunos muchachos lo siguen efectuando en muchas localidades de la Isla de Margarita, en las vías y calles donde hay menos circulación de vehículos a motor.
Conclusiones
Se elaboro la realización del festival recreativo en la calle principal del Cantón del Estado Barinas, para la ocupación del tiempo libre, una mejor calidad de vida, según sus gustos y preferencias.
Promover los juegos tradicionales y el desarrollo de habilidades físicas y psíquicas en la población para el fomento del trabajo en equipo y de valores.
La recreación como un medio para el desarrollo humano es entendida desde un punto de vista que incluye tanto el desarrollo personal como el comunitario y social.
La práctica de las actividades deportivas y recreativas en la comunidad a largo plazo y corto plazo es de beneficio para todas las personas en general.
Recomendaciones
Utilizar este trabajo como bibliografía para la búsqueda y aplicación de los juegos Tradicionales, ayudando en el mantenimiento de la identidad étnica de los niños y niñas.
Fomentar la práctica de éstos juegos mediante programas de actividades en las comunidades para reforzar el conocimiento de la cultura que se brindan.
Seguir investigando en el sentido de ampliar la lista de los juegos tradicionales y de otras actividades que contribuyan al mantenimiento de la identidad de los nativos, utilizando este trabajo como guía para rescatar juegos tradicionales de otras culturas nativas pertenecientes a otras regiones.
Bibliografía
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Autor:
Yeny C Maldonado Anteliz
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